Corre, tú
19.1.10 | Author: Mukis
Corrió. Corrió tanto que no tocaba el suelo, que las piernas se enfrentaban en un intento violento por intentar adelantarse, pero no podían. Empezó a sentir un tremendo dolor como si alguien hubiera prendido con una cerilla cada una de sus piernas y el fuego saboreara cada célula, cada rincón.
No vislumbraba ningún fin en el camino, el principio había quedado ya tan lejos, tan pálido, tan marchito y desenfocado que solo el girar la cabeza hacia atrás le impulsaba para seguir corriendo, era la pequeña motivación que medraba con el paso de las horas, los minutos, los segundos... Y que estaba poco a poco, sin quererlo, acabando con él.
Se sentía perseguido y al mismo tiempo persiguiendo, no sabía por quien ni a quien, pero le daba igual, nunca sería alcanzado por nadie y él ya habría alcanzado a todos.
El dolor se disipaba por momentos, el cansancio era inmenso, no comía ni bebía y el sudor resbalaba por su piel formando ríos que no desembocaban en ningún mar.

Oscureció. Oscureció y de repente como un guiño de Dios, se encendió una luz en el final. Corrió, corrió y corrió, rompiendo todas las reglas, haciendo crujir el suelo, rompiendo las ráfagas de viento, enloquecidamente. Fue la primera vez en toda su vida que sonrió. Alguien le estaba llamando, alguien quería que dejara de sufrir, alguien quería abrirle nuevas puertas, puertas que guardaban felicidad. Pensó.
Llego con los pies sin suela, con los los dedos agrietados envueltos en dolor, con el semblante deteriorado y cansado, por el que cualquiera diría que habían pasado años y quizás siglos.
A alguien, no se sabe a quien, le habló.
-Vengo desde muy lejos, para quedarme. No necesito regresar. Me he perdido.
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