Felicidad Aspirada

Miró hacia atrás con unos ojos húmedos y débiles que reflejaban el cansancio y la tristeza como sendos espejos. Eran pequeños y de un color claro que brillaban como si de estrellas se tratasen. Su pelo encrespado y de un rubio casi blanco se enamarañaba con el aire que soplaba, y le tocaba la cara con suaves golpes hasta que bufaba del otro lado y le apartaba el pelo de la misma. Tenía una boca gruesa y agrietada, quizá era del frío o puede también que por el principio de una gran herida. Su cara era alargada y bien definida. No se había afeítado y se le podía apreciar varias capas de barba incipiente, una capa encima de otra.
La tenia desarreglada.
Tenía que afeitarse.
Se giró y empezó a andar dejando atrás los recuerdos que le pesaban. Andaba lento y torpemente, como si de un momento a otro se girara y volviera a recoger los fragmentos de recuerdos que desprendía.
Quería olvidar los recuerdos.
Se acordo de cuando repentinamente, lo alegre se hizo tétrico y las caricias desaparecían en bofetadas.
No quería recordarlo.
Todo se desvanece en cuestion de segundos cuando las verdades se convierten en mentiras.
Lágrimas presas escaparon de sus ojos. Toda su tristeza, dolor y sombra se hizo lágrima y deseaba escapar de él.
Cuando llego a su apartamento se sentó y lloró.